Esta loquilla apareció junto con sus hermanos en un pueblo; el pastor no los quería y pensaba matarlos cuando estuvieran destetados, ya que eran cachorritos. Nos los llevamos a todos y los dimos en adopción. Manya fue a parar a una casa, que pensamos que era de las mejores, una familia estupenda en principio; hablábamos con ellos cada dos por tres, nos mandaban fotos, fueron incluso casa de acogida!!! Un día nos llaman y nos dicen que como las cosas no van bien económicamente, que se van a vivir a Uruguay, pero que no nos preocupemos, que sus animales se van con ellos. Se compran transportines para el viaje y tienen todo listo, cuando nos dicen que no se pueden llevar a Manya porque hay exceso de equipaje, pero que se queda un amigo 15 días en su casa hasta que ellos vuelvan a terminar de arreglar sus papeles, momento en el cual, se la llevarían.
La perra se tiró dos meses encerrada en la casa!! Llamamos y nadie nos cogía el teléfono, así que decidimos presentarnos en la casa y probar suerte, porque nos temíamos lo peor... Nos abrió un vecino que casualmente tenía llaves de la dichosa casa y al abrir, ahí estaba la pobre, muy nerviosa, lloraba sin parar... y en ese momento fue cuando nos enteramos de que no había salido de allí desde que se fueron sus dueños. Este vecino le había estado dando agua y comida que él mismo había comprado.
Manya pasó de estar en una familia con niño y súper mimada, a estar en la más profunda soledad... ahora está de nuevo con nosotros, esperando algo definitivo para ella. Se lleva bien con otros perros, con niños es adorable y puede estar en piso perfectamente. De sus dueños nunca más se supo.
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